IVÁN ILLICH
Iván Illich (Viena, 4 de
septiembre de 1926 - Bremen, 2 de diciembre de 2002) fue un pensador austríaco
polifacético y polémico, clasificado por muchos como anarquista, autor de una
serie de críticas a las instituciones clave del progreso en la cultura moderna.
Se ocupó en formular profundas críticas a la educación escolar, la medicina
profesional y de patente, el trabajo ajeno y no creador, y el consumo voraz de
energía necesaria para el desarrollo económico como una negación de la equidad
y la justicia social, entre otros muchos temas.
Tuvo su momento de esplendor al
conocerse sus primeras publicaciones en los años 70, para caer luego en un
ciclo de reinterés y aparente olvido, pues su lectura y relecturas están
ligadas al surgimiento de diversos movimientos sociales (ambientalistas,
equidad, minorías).
La sociedad desescolarizada:
Su libro más aclamado fue La
sociedad desescolarizada (1971), una crítica a la educación tal y como se lleva
a cabo en las economías "modernas", pues considera que la educación
tal y como se vive en ellas, se reduce al consumismo, forzando a los alumnos a
cursar un currículo obligatorio. De igual manera, afirma que el sistema escolar
sostiene que lo aprendido se ha interiorizado por la enseñanza, en cambio, él
determina que la mayoría de los aprendizajes se obtienen de manera casual
incluso fuera del ámbito escolar., poniendo de ejemplo el aprendizaje de
lenguas en el que su interiorización está basada en circunstancias especiales.
Afirma que "Si las escuelas son el
lugar equivocado para aprender una habilidad, son el lugar aún más equivocado
para obtener educación”.
Illich, siguiendo en la línea de
Paulo Freire sobre el conocimiento del individuo acerca del mundo que le rodea,
se mostraba favorable al autoaprendizaje, apoyado en relaciones sociales
libremente intencionadas en encuentros y conversaciones fluidas e informales.
La educación universal por medio
de la escolarización no es factible, ni mediante instituciones alternativas, ni
unas nuevas actitudes de los maestros hacia sus alumnos, ni nuevas herramientas
y métodos físicos o mentales ni ampliar la responsabilidad del pedagogo.
Sostiene que para una mejora del
proceso enseñanza-aprendizaje cada individuo debe transformar momentos de su
vida en un momento de aprendizaje, de compartir, de interés.
ELENA APARICIO DRODRÍGUEZ
No hay comentarios:
Publicar un comentario