Peonzas

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viernes, 16 de mayo de 2014

REFLEXIÓN ELENA: IVÁN ILLICH

IVÁN ILLICH

Iván Illich (Viena, 4 de septiembre de 1926 - Bremen, 2 de diciembre de 2002) fue un pensador austríaco polifacético y polémico, clasificado por muchos como anarquista, autor de una serie de críticas a las instituciones clave del progreso en la cultura moderna. Se ocupó en formular profundas críticas a la educación escolar, la medicina profesional y de patente, el trabajo ajeno y no creador, y el consumo voraz de energía necesaria para el desarrollo económico como una negación de la equidad y la justicia social, entre otros muchos temas.

Tuvo su momento de esplendor al conocerse sus primeras publicaciones en los años 70, para caer luego en un ciclo de reinterés y aparente olvido, pues su lectura y relecturas están ligadas al surgimiento de diversos movimientos sociales (ambientalistas, equidad, minorías).

La sociedad desescolarizada:
Su libro más aclamado fue La sociedad desescolarizada (1971), una crítica a la educación tal y como se lleva a cabo en las economías "modernas", pues considera que la educación tal y como se vive en ellas, se reduce al consumismo, forzando a los alumnos a cursar un currículo obligatorio. De igual manera, afirma que el sistema escolar sostiene que lo aprendido se ha interiorizado por la enseñanza, en cambio, él determina que la mayoría de los aprendizajes se obtienen de manera casual incluso fuera del ámbito escolar., poniendo de ejemplo el aprendizaje de lenguas en el que su interiorización está basada en circunstancias especiales. Afirma que "Si las escuelas son el lugar equivocado para aprender una habilidad, son el lugar aún más equivocado para obtener educación”.

Illich, siguiendo en la línea de Paulo Freire sobre el conocimiento del individuo acerca del mundo que le rodea, se mostraba favorable al autoaprendizaje, apoyado en relaciones sociales libremente intencionadas en encuentros y conversaciones fluidas e informales. 

La educación universal por medio de la escolarización no es factible, ni mediante instituciones alternativas, ni unas nuevas actitudes de los maestros hacia sus alumnos, ni nuevas herramientas y métodos físicos o mentales ni ampliar la responsabilidad del pedagogo.

Sostiene que para una mejora del proceso enseñanza-aprendizaje cada individuo debe transformar momentos de su vida en un momento de aprendizaje, de compartir, de interés.

Con ello encuentro que Illich pretende desvincular la enseñanza del ámbito de las organizaciones e instituciones para así poder llegar a desinstitucionalizar la sociedad, contribuyendo a la mejora tanto de la enseñanza como de la sociedad al alejar al individuo de los valores y mecanismos que se transmiten al pertenecer a una institución, empujándole a adquirir conocimientos a través de sus propias experiencias que le proporcionarán mayor interés y motivación al ser el centro de su propio aprendizaje.


ELENA APARICIO DRODRÍGUEZ

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