Peonzas

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domingo, 18 de mayo de 2014

REFLEXIÓN PALOMA: Escuela de Summerhill

Summerhill es una escuela fundada en 1921 por Alexander Sutherland Neill, en la aldea de Leiston, en Suffolk, Inglaterra, a unos 160 kilómetros de Londres. Es una de las pioneras dentro del movimiento de las Escuelas democráticas. Atiende a niños de educación primaria y secundaria. Actualmente la directora es la hija de A.S. Neill, Zoë Neill Readhead.
Neill establece que la principal meta de una escuela debe ser auxiliar a sus alumnos para que estos sean capaces de encontrar la felicidad propia y es por eso que propone un modelo muy diferente al de las escuelas tradicionales, que según él sólo consiguen promover una atmósfera de miedo.
En Summerhill, ningún adulto tiene más derechos que un niño, todos tienen los mismos derechos. Todos deben ser libres, entendiendo la libertad como una construcción colectiva. La libertad precisa que todos sean libres para existir.
La pedagogía tradicional supone que los niños tienen una tendencia natural al egoísmo, siendo necesaria una interferencia autoritaria por parte de la familia y la escuela, para desarrollar el altruismo. Summerhill parte del mismo supuesto pero no llega a las mismas consecuencias: el niño es egoísta pero ese egoísmo no es malo en sí mismo. El egoísmo infantil es una etapa del desarrollo del niño que si se desarrolla naturalmente desemboca en el altruismo; existe un momento en el que el niño necesita de los demás y entonces su propio egoísmo le abre a la comunidad. Inculcar a los niños principios altruistas antes de que sean capaces de asimilarlos sólo produce individuos miedosos e hipócritas. Según Neill es solamente a través del miedo como se puede intentar forzar el interés de alguien.
En esta escuela todas las reglas de convivencia y soluciones a los problemas que surgen en el día a día son resueltas en una asamblea que ocurre semanalmente, donde cada persona sea alumno, profesor o funcionario, tiene derecho a hablar y votar, manteniéndose el principio de que todos los votos valen lo mismo. Las normas de la escuela son construidas entre todos, todos se sienten parte del colectivo y se empeñan en mejorarlo.

Bajo mi punto de vista, este tipo de metodología y tanto liberalismo no me parece adecuado para los cursos con los que trabajan, ya que si todo se hace y se aprueba por votos y estos votos son igualitarios, y seguro que hay más alumnos que profesores y funcionarios, los alumnos son los que siempre se salen con la suya. Al no ser que estos tengan pensamientos totalmente diferentes y salgan votos repartidos. Además también pienso que los niños tienen que tener unos límites y normas que deben de cumplir, y con 6 años no veo que ellos puedan elegir esos límites.

Aunque por otro si lo piensas cuando hace esas comparaciones con la escuela tradicional, veo como algunas cosas de las que destacan y comparar me convencen, este tipo de metodología yo la aplicaría en todo caso Infantil y Primaria, y no en la ESO. Por el simple hecho de que cuanto más mayores son si les dejas esta libertad muchos niños que no quieran estudiar, acabarían siendo el tipo “ni-ni” que hoy en día tanto se lleva.

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